Montaña Rusa 🎢

Cuando decidí hacer yoga, no lo hice más que pensando en mi bienestar.
Cuando decidí hacer la formación del primer nivel de Kundalini Yoga, lo hice pensando en mi bienestar.
Cuando decidí escribir me nació de dentro, lo hice porque me sentaba muy bien.
Cuando decidí iniciar el canal de Youtube y Twitch fue porque quería deshacerme del miedo de hablar en público, pudiéndole dar un soporte de imagen a mis post.

Un día, de pronto, quise más.
Un día, de pronto, ya no me servía escribir sin ver cómo aumentaban las visitas, sin ver las ventas.
Ya no me servía hacer directos en Twitch y que no le viese nadie, no crecer en la plataforma.
Un día, de pronto, quise convertir el yoga en mi negocio y si fuese constante, supiese venderme... ¡¿Lo podría conseguir?!

Es un sueño que espero conseguir algún día, dedicarme por completo a esa pasión.

Algo parecido me ha pasado con la religión Católica, empecé porque mi hija mayor quiso bautizarse, iba para acompañarla pero cuando vi que me hacía bien... Me obsesioné, nunca hacia suficiente, nunca rezaba suficiente... Y cuando mi hija se cansó, me dejó sola, y me empecé a sentir mal por hacer sin ella todo lo que había hecho con ella.

Y me abandoné.

Ahora intento recuperar esa ambición, ese deseo de hacer lo que me sienta bien y disfrutar con asistir a misa, al margen de tener que hacerlo sola.

Lo necesito.

Entradas populares de este blog

Encrucijada

¿Qué es el Santo Grial?

Me presento